La opinión de Lucas Yennerich
lunes, 11 de enero de 2016
miércoles, 6 de enero de 2016
LA GRIETA
¿Y vos? ¿De qué lado estás, loco atrevido? Preguntaba Matías Martin en su programa "fugitivos"... Muchos ya saben de que lado están, como si ya hubiesen nacido de un lado o del otro. Yo soy peronista porque mi papá y mi abuelo eran peronistas o soy radical de cuarta generación para continuar con el legado familiar. Pero otro tanto de personas están ahí, como en una nebulosa, parados sobre la grieta... Con un pie o un ojo de cada lado, y tal vez no estén tan errados. Muchas veces la bruma que generamos nosotros mismos con nuestro fanatismo y ni hablar del evidente accionar de los grupos poderosos sobre los medios, sembrando miedos, distorsionando nuestra percepción del otro, del otro lado de la grieta. Que hay ladrones de los dos lados de la grieta: SI. Que hay gente buena de los dos lados de la grieta: SI. Que se construye y se destruye desde los dos lados de la grieta: SI. Que te mienten desde los dos lados de la grieta: SI. Aunque muchas veces pensemos que los ladrones, los embusteros, los manipuladores están siempre del otro lado.
Muchos están orgullosos de estar de un lado o de otro, muchos se dejan arrastrar, hacia un lado o hacia el otro, llevados de las narices por información desinformante. Si tu pretensión es informar o informarte, no hay mejor ni más certero informante que la misma fuente. Si crees que un decreto dice tal o cuál cosa, existe un boletín oficial que puede desasnarte e infartarte al mismo tiempo, las sesiones de la cámara de diputados o senadores tienen versiones taquigráficas publicadas en las páginas oficiales de cada parlamento para dejarte boquiabierto. Las leyes, decretos y “ademases” instrumentos políticos que regulan nuestra vida y nuestra educación, que son parte de nuestro diaria faena, están a nuestra disposición y ellos son los que verdaderamente hablan acerca de cuál es la dirección de un gobierno u otro. No dejes que tu guía sea una noticia tendenciosa, un comentario infundado o una zanahoria atada a un palo.
Todos los que escribimos sobre la realidad no podemos coronarnos de objetividad como si fuéramos legos y desconectáramos nuestras piezas o desligáramos nuestros sentidos de nuestra razón. No existe verdad absoluta, verdad completa si no juntamos todas las piezas del rompecabezas. Todos escribimos con un fin, aquí les prometo solo respetar un único fin, el mío. Sin responder a intereses ajenos, ni corporativos.
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